Narra ______
-Mamá, esto no puede ser.
–afirmé. -¡Se trata de tu boda!
-Exacto. –añadió Diana. –No
puedes aplazarla por culpa de los negocios. ¡Prometiste que no volverían a
influir en nuestras vidas!
-Lo sé, cielos, pero esto es muy
importante. Sería un gran paso para vuestro padre y para mí. Y él está de
acuerdo…
Suspiré.
-¿Es lo que quieres? Está bien,
está bien. Lo cancelaremos todo.
-Gracias por entenderlo. –dijo
con una sonrisa.
-No. En realidad no lo entiendo.
¿Qué pasará si el día en el que yo me case tienes algún viaje de negocios? ¿Te
perderías mi boda?
-Está claro que sí. –continuó
Diana. –Si no es capaz de no faltar a la suya…
Cogí el teléfono mientras mi
madre me observaba.
-Mamá, esta es tu última
oportunidad.
-Me casaré cuando vuelva de ese
viaje y no hay más que hablar. –contestó tajante. -¿Queríais verme furiosa?
Pues lo habéis conseguido. Mañana mismo Jack y yo tomaremos un vuelo a Los
Ángeles y no volveremos hasta dentro de tres meses. Sois suficientemente
mayorcitas como para cuidaros solas, además Melisa estará al tanto de todo. Os
quiero mucho y espero que lo entendáis. –y sin decir nada más, se fue.
-Genial. –dije furiosa. –me voy a
dar una vuelta. No sé si regresaré pronto, adiós.
-¿Vas a ver a Harry?
-Oh, Diana, ¡qué te importa!
-Solo quiero acompañarte… -tomé
mi chaqueta e hice caso omiso de mi hermana, quien comenzó a seguirme hacia una dirección que ya me sabía de
memoria.
Bueno, las cosas marchaban bien.
Sí… en realidad no iban tan mal como yo pensaba. Pasaron esos tres meses y mis
padres volvieron. ¿Se casaron? Ojalá. Volvieron solo para decirnos que su viaje
se prolongaba y vendrían a visitarnos cada cierto periodo de tiempo. Eso
durante un año. Aunque ya estaba bastante acostumbrada a vivir sin padres.
El tiempo pasaba y todo mejoraba.
Las vacaciones de los chicos se terminaron y comenzaron a grabar su nuevo disco
y a planificar un deseado tour mundial por las fans. Emocionante. Yo, en
cambio, seguía yendo a la universidad. Os diré algo que sí me resultaba
emocionante: Buenas calificaciones. En unos días terminaría mi primer año de
universidad y era la mejor estudiante de la clase. Lo sé, la modestia no es mi
fuerte. Pero es la verdad.
El timbre que indicaba el final
de la clase sonó. Por fin, era viernes y tenía toda la tarde libre para
ocuparme de mis asuntos. Harry.
Salí del edificio y busqué con la
mirada su coche. Se supondría que hoy vendría a buscarme. Bueno, hoy y todos
los días hasta que arreglaran mi coche, ese que un día destrocé. Lo localicé y
caminé rápidamente –corrí cual loca escapa de su manicomio- hacia él. No me di
cuenta cuando fue el momento en el que una piedra se movió hasta entrometerse
en mi camino y…
-Deberías tener más cuidado.
–justo antes de que mi cara tocase el suelo unos brazos me sujetaron. Al ver
todos mis libros desperdigados por ahí reaccioné.
-¿Por qué tanta prisa? –continuó
hablando el chico.
Esa voz… me giré sobresaltada y
me aparté sin pensarlo. Harry se dirigió hacia donde estaba y lo miraba con
recelo.
-Vámonos, ______. –me dijo
después de ayudarme a recoger los libros. Eché un último vistazo a la anatomía
que nos observaba y caminé hacia el coche con Harry.
-Es imposible. Nunca nos
libraremos de él. –dije.
-Deberías denunciar lo que te
hizo. No tenemos otra opción si no quieres volver a encontrártelo por aquí, y
creo que será muy a menudo. ¿Has visto? Creo que se ha matriculado en la
universidad.
-Ha pasado bastante tiempo… creo
que debería dejarlo estar. Además, en la universidad no podrá hacerme nada.
-Sigue sin parecerme lo
suficientemente convincente.
-Por dios, Harry, el curso casi
ha terminado. No es necesario que contrates a ningún guardaespaldas.
-¿En serio? Gracias por la idea.
-Eres un tonto. –dije golpeándole
suavemente el brazo.
Comenzó a conducir y de repente
me asaltó una duda.
-¿A dónde me llevas?
- A tu casa.
-¿Tienes algo planeado para este
fin de semana? ¿Sabes? No tengo deberes y mi hermana está en casa de la tía
Melisa. ¿Quieres quedarte un rato?
-¿______, te me estás insinuando?
-¡Harry! ¿Cómo te atreves a
quitarle todo el romanticismo a esto? Ag, deberías verte “Los Idus de Marzo” el
coprotagonista sí que sabe cómo hablarle a una mujer.
-Primero, no hay nada de
romanticismo en esta escena y segundo, ya la he visto. ¿Te refieres a Ryan
Gosling? Por favor, ese tío no me llega ni a los tobillos. Ejem, observa. –Puso
una cara de seductor innato. –uhm, ______, ¿estás segura de que no tienes
deberes? Tranquila, cuando lleguemos a tu casa nos pondremos a trabajar y te
aseguro que no tendrás tiempo de aburrirte.
-¡Eres un asqueroso!
-¿Yo? ¿Por qué? –se quejó. –Tú
eres la que tiene segundas intenciones conmigo.
-Por favor, cállate y conduce.
Llegamos a mi casa y entramos sin
esperar. Hoy estaba un poco… extraña.
Harry se dirigió al sofá y yo a
la cocina a beber un poco de agua.
-¿Tienes hambre? –oí un “no” como
respuesta. Pues yo sí tenía hambre así que tomé un pastelito de crema que
encontré en la nevera y me lo llevé a la boca.
Fui hasta el sofá donde se encontraba
tumbado Harry y me acerqué con cautela.
-¿Estás cansado? ¿Quieres que te
dé un masaje?
-Me vendría de lujo. Gracias,
cariño. –en realidad no le iba a dar ningún masaje, pero me gustaba verle
sonreír.
Me subí encima de él y me quité
la camiseta que llevaba puesta. Harry tenía los ojos cerrados, pero cuando
sintió mi peso, los abrió y sonrió más.
-Así que no bromeabas… -me dijo
después de encontrar mis labios.
-Somos novios, ¿por qué debería
bromear con esto?
-Bueno es…
-¿Podrías callarte y besarme?
-A tus órdenes.
***
-Podría hacer esto miles, no,
millones de veces sin cansarme.
-Bien, Harry, no me molestaré en
medir tu resistencia, pero deja de quitarle el romanticismo a las cosas.
-Oh si, espera, Ryan Gosling:
eres la única estrella que sabe brillar en el cielo de mis pensamientos. –lo
miré extrañada.
-¡Eso no es Ryan Gosling! Eres un
ñoño. Anda, Harry, vete ya que no me apetece tener un encontronazo con mi
hermana o algún intruso, y con intruso me refiero a Louis que, por lo que se
ve, se ha tomado la molestia de hacer una copia de las llaves de la casa.
-Que listo es, tendría que haber
hecho eso hace mucho.
-Oh, sí claro. Vamos, fuera. –se
levantó y se vistió rápidamente mientras yo lo observaba.
-¿Qué es lo que miras? –preguntó
divertido.
-Solo ese moco que se te asoma
por la nariz.
-¿¡Qué!?
-Es broma, tonto. ¿Sabes una
cosa? –Harry se acercó a mí y se sentó en una esquina del sofá.
-¿Qué?
-Que te echaré mucho de menos
cuando os vayáis de gira. –me abracé a él.
-Yo mucho más, pero cada día
pensaré que solo faltará uno menos para poder verte. Además hablaremos todo el
día por el video chat o por teléfono, o por cartas si hace falta. Te quiero.
-Te quiero más.
***
-¡Diana, date prisa o te dejaré
aquí!
-Espera, espera. –sentí sus pasos
por las escaleras y por fin la vi.
-Solo vamos al aeropuerto.
-Sí, pero estará Louis y tengo
que verme estupendamente.
-¡Siempre te ves estupendamente!
Venga, vamos.
Subimos en mi coche y conduje
hasta el aeropuerto. Mis padres llegarían al día siguiente para casarse y
Amanda venía de vacaciones otra vez. Sí, mis padres por fin se casaban y si
alguien o algo planeaba detenerlos tendría que pasar por encima de mi cadáver.
Todo estaba listo, yo me había encargado de que fuera así y estaría perfecto.
Llegamos al aeropuerto y
entramos. Divisé a los chicos, solo estaban Louis y Zayn. Me decepcioné al no
ver a mi Harry pero él estaba ocupado con el tour que sería en una semana.
Louis, en cambio, quería ver a Diana y Zayn esperaba a Mandy.
-¡Lou! –gritó mi hermana al ver a
su novio.
-¡Di! –la imitó este. Los dos se
abrazaron como si fuera la primera vez que se veían en años.
-Hey, Zayn.
-Hey, ______, ¿Cómo va todo?
-Ya sabes… algo estresada por la
boda, pero genial. ¿Qué tal las cosas con Mandy?
-Oh, ya sabes… es una chica
increíble, no me puedo quejar.
-Me alegro. –sonreí. –Mira,
parece que ya llega. –allí estaba mi mejor amiga con su equipaje, al parecer me
vio y agitó su mano saludándonos.
-¿Cómo va eso, chicos? –preguntó
cuándo por fin estaba cerca.
-¡Genial! –respondimos.
-Me alegro de que estés aquí de
nuevo, Mandy. –le dije a mi amiga mientras los demás iban caminando un poco
adelantados a nosotras. –pero me parece que hay otra persona que se alegra más
que yo.
-¿A quién te refieres?
-¡Oh, vamos! No te hagas la
tonta, sabes perfectamente que me refiero a Zayn. No deja de mirar hacia atrás.
¡Eh, Zayn! Podrías disimular.
-¿De qué hablas? –preguntó el
susodicho algo nervioso.
Mandy rió y me golpeó suavemente.
-¿Por qué has hecho eso?
Pobrecito.
-Anda, ve a abrazar a tu hombre.
- _______, cállate o te oirá.
–yo reí más fuerte mientras veía como
Mandy se ponía colorada. Esto sería muy divertido…
***
-Niall, esa comida es para los
invitados, ¿PODRIAS DEJAR DE ZAMPARTELA?
-Eh, eh, relájate fiera. Solo
estoy degustando los platos como un auténtico gourmet.
-Oh, dios mío. –murmuré
frotándome las sientes con los dedos. –esto no me puede estar pasando a mí.
Mamá todavía no ha llegado, tú te estás devorando los aperitivos y yo estoy
comenzando a hiperventilar. ¿ALGUIEN TIENE UNA BOLSA DE PAPEL?
-______, cálmate. Tu madre me ha
mandado un mensaje, dice que está llegando al barrio. Los aperitivos son
demasiados como para que yo acabe con ellos y has vomitado en la última bolsa
de papel, ¿Qué te ocurre? –dijo con un gesto de asco en la última frase.
-No me puedo creer que a mí ni
siquiera me haya llamado. Créeme, nunca es demasiada comida para ti y no sé lo
que me ocurre, supongo que serán los nervios.
-Oye, puedes echarte una siesta,
si quieres. Has estado toda la noche trabajando.
-Muy bien, llamaré a María para
que venga a ayudarte.
-¿Alguien ha dicho mi nombre? –y
hablando del rey –o reina- de Roma…
-Necesito que ayudes a Niall en
la cocina.
-Ningún problema. –dijo
sonriente.
-Ya sé que para ti no supone
ningún problema pasar el rato con tu novio. –alcé las cejas repetitivamente.
-Que bien nos conoces. –comentó
Niall. –ahora fuera.
-Bien, bien, ya me voy. Adiós.
Salí de la cocina y miré el
reloj. Aún eran las cinco de la mañana.
Esta boda acabaría conmigo, definitivamente.
Subí las escaleras y entré en mi
habitación, mi dulce y querida cama me esperaba desde hace horas. Lentamente me
deslicé por las sábanas y cerré los ojos esperando quedarme dormida enseguida.
Pero no ocurrió. Es imposible dormir cuando hay tanto estrés en el ambiente. Y
es que aún no me podía creer que mi madre estaba a punto de casarse con mi
padre, es algo tan… no sé, raro. Todavía recuerdo las veces en que ella nos
decía que nuestro padre había muerto y ¡mírala! Se casará por fin. Dios mío, y
ahora es cuando toda una ola de recuerdos comienza a invadirme. El día que mi
vida comenzó realmente, ese día Diana y yo tomamos un avión hacia Londres, para
quedarnos tres meses con la tía Melisa. Aquella María desesperada en el
aeropuerto que buscaba a su hermano y la vez que conocí a Daniela en el centro
comercial. La noche del concierto en el que conocimos a los chicos y la primera
vez que me peleé con Liam. Cuando vi a Harry entrar en aquel coche que no
parecía precisamente una limusina y Louis propuso irnos de party hard pero yo decidí quedarme en casa para encubrir a Diana.
Esa mañana todos estaban borrachos y a Niall le pareció bonito mi pijama de
tréboles. Luego Diana y Louis se enamoraron, Harry me besó en la casa encantada
de la feria y los chicos y yo nos volvimos inseparables. El accidente de Diana,
cuando mi madre se empeñó en trasladarla a Nueva York y lo mucho que nos dolió
a todos verla irse. Recuerdo perfectamente cuando conocí a Marta y a su amiga,
Gaby. Todas las maldades que hicieron para separarnos a Harry y a mí. Cuando
por fin lograron su objetivo y yo me marché a Nueva York. Después de eso
ocurrieron cosas impresionantes. Diana perdió y recuperó la memoria y yo
descubrí que mi padre era Jack. Me teñí de rubio, volvimos a Londres gracias a
un engaño y compramos nuestra nueva casa. Aparecieron Eleanor, Charlie y
Austin. Mandy vino a visitarme y al parecer Zayn cayó rendido a sus pies
después de haber roto con María. El odio infinito que le tenía Daniela a
Charlie y el incidente que me ocurrió con Austin. Aunque eso no impidió que
Harry y yo continuáramos con nuestra relación. Solo tengo 18 años y no me puedo
creer que me hayan ocurrido todas esas cosas en tan poco tiempo.
Aunque, ¿sabéis? Todo eso me ha
hecho crecer de todas las formas posibles, me ha hecho darme cuenta del
significado de la verdadera amistad y… del verdadero amor.
One Direction no son solo un
grupo de música, la banda del momento, los chicos más codiciados y más odiados
por algunas personas. One Direction son cinco chicos como cualquier otros, son
personas con sentimientos que jamás se dejarían llevar por la fama. Ellos saben
apreciar lo que tienen y lo valoran de verdad porque han cumplido su sueño. Mi
sueño no era conocerlos, ni salir con Harry Styles, ni vivir en Londres… no
sabía cuál era mi sueño antes de dar con ellos. Ahora, sí lo sé. Y creo
que lo que yo deseo es jamás olvidar a las personas que me cambiaron la vida. Ese
es mi sueño, y como oí decir a alguien alguna vez: no desde siempre, pero si
para siempre.
Yo soy directioner.
Me muero D: ame este capitulooooo besos pilar
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