Entré en
casa, seguida por mi tía. Era extraño pero no me había dicho nada. Fui hasta mi
habitación y me di una ducha. Me dolía todo el cuerpo, por dentro y por fuera.
Cogí lo más cómodo que podía encontrar y me lo puse. Acto seguido cogí mi móvil
y llamé a mi madre. Hacía mucho tiempo que no hablaba con ella.
-
¡Hija! ¿Cómo estás?
-
Mal ¿Cómo está Diana?
-
¿Qué te ha pasado?
–ignoró totalmente mi pregunta sobre Diana, siempre intentaba evadir el tema.
-
He tenido un problema.
–las lágrimas no se detenían, pronto me quedaría seca. –quiero que me hagas un
favor…
-
Hija, ¿Qué ha pasado?
-
Lo he estado pensando y es una decisión muy
importante. Verás, quiero irme a vivir a Nueva York contigo y con Diana.
-
¿¡Qué!? Pero…
-
Si no me vas a ayudar, olvídalo. Encontraré
algún sitio para vivir, lejos de aquí.
-
Está bien. –suspiró. –Mañana te enviaré el
pasaje.
-
¿De veras? ¡No sabes cuánto te lo agradezco!
-
______, tienes que saber algo muy… pi pi pi pi
-
¿Mamá? ¿estás ahí? –¡No! La llamada se ha
cortado. ¿Qué era eso tan importante que quería decirme?
Tomé la mochila que descansaba en
mi cama y la colgué en mi hombro. Eché el último vistazo a aquella habitación y
cerré la puerta. Todo el ambiente era nostálgico.
-
¡Vamos, ______! Llegaremos tarde. –precisamente
eso era lo que quería que pasara. Estaba contenta por volver a ver a mi hermana
y a mi madre pero a la vez sentía una gran tristeza por dejar a los que una vez
fueron mi familia, también. Nadie sabía nada de mi partida hacia Nueva York,
mejor, les ahorraría un disgusto más.
-
¡Ya voy! –dije dejando atrás todo aquello. Bajé
rápidamente por las escaleras ya que el
ascensor no funcionaba. Mi tía se encontraba en el taxi.
-
¿No te despediste de tus amigos?
-
No, es mejor así. Ya tienen bastantes problemas
como para cargar con otro.
-
¿Ni siquiera de tu novio? –Harry… no sabía nada
de él desde el “incidente”. No respondí a sus llamadas ni leí ningún mensaje de
los que me mandó. Yo simplemente preferí huir de todos mis problemas. Soy una
cobarde.
-
No, y prefiero no hablar del tema, si no te
importa.
-
De acuerdo… -el resto del camino fue en
silencio.
Llegamos. El sonido de las
maletas, la gente apresurada, las despedidas y bienvenidas… todo esto era tan
familiar… recuerdo el primer día que llegué con Diana. Nada había cambiado
hasta entonces. Facturé mi equipaje y me senté a esperar la llegada de mi
vuelo. En ese instante sonó mi teléfono. Una llamada entrante de Louis, decidí
contestar.
-
¡______! Por fin te dignas a contestar.
-
Hola.
-
¿Qué pasa? Oye he hablado con Harry. No deberías
fiarte de esas dos, mi Hazza en un buen chico…
-
Louis, lo sé. No te preocupes. Dile a Harry que
encontrará a alguien que valga la pena realmente. –las lágrimas nuevamente se
acumulaban en mis ojos. –A partir de hoy no os causaré más problemas. –y por
fin, la voz se me quebró causando que infinidad de lágrimas corrieran por mis
mejillas.
-
¿Qué dices? ¿estás llorando? ______, dime donde
estas, ¿Qué pasa?
-
Me voy, Louis. No tiene sentido que te lo
oculte, ya que seguramente lo sabrás. Me voy a vivir con mi madre.
-
¿Qué? Por favor ______. No puedes irte así…
-
No me busquéis, no lo hagáis, por favor. Solo
quiero que sepas que tanto Diana como yo, estamos muy agradecidas por ser
nuestra familia.
-
______... quédate.
-
Dile a los demás que siempre los recordaré y hazle
saber a Harry que él ha sido y será alguien muy importante en mi vida. Gracias
por todo. –colgué con los ojos inundados en lágrimas, ya no pararían de salir.
Te creo. Quiero que sepas que aunque me
pediste que no lo hiciera, les he dado su merecido a esas arpías. Eres lo mejor
que me ha pasado desde que llegué a Londres. Te quiero.
PDT: Soy fan. Díselo a Liam J
xx
-enviar-
Me despedí con
múltiples besos, abrazos y recomendaciones por parte de mi tía.
-
Prométeme que volverás a visitarme, cariño.
-
Lo haré, volveré con Diana. –sonreí –pero tú
también tienes que ir a visitarnos.
-
Tenlo por seguro. Quizás el mes que viene me
tome unas vacaciones. –en ese momento anunciaron mi vuelo. Me separé de mi tía
y partí hacia mi nueva vida.
El viaje había sido largo y
agotador. No recordaba el pánico que sentía hacia los aviones, pero todo era
más duro sin Diana a mi lado. Al desembarcar del avión, lo primero que hice fue
ir al servicio para devolver lo que mi estómago no toleraba en ese momento.
Procuré no olvidar nada, como la última vez. Al salir observé a una mujer alta,
elegante y con una gran sonrisa en su rostro, mi madre. Esperaba que las cosas
con ella fueran diferentes esta vez. Busqué mi maleta y nos dirigimos al coche
para poner rumbo a la casa de mi madre.
-
Hija, tengo que decirte algo, muy importante.
-
¿Qué?
-
Tienes que saber que… -se arrepintió –nada, lo
verás cuando lleguemos.
-
Espero que no sea nada malo.
-
¡Por supuesto que no! –dijo riendo. –Todo estará
bien… -creo que se dio cuenta de lo mal que me sentía en ese momento.
Llegamos a la gran casa, nada
comparado con el pequeño apartamento de la tía Melisa. Bajamos del coche y
observé como un hombre salía de la casa y se acercaba a nosotras.
-
¡______! ¿Qué tal el viaje? – ¿quién se supone
que era este hombre?
-
¿Qui-quién eres?
-
______, entra en casa. Tu habitación está en el
segundo piso, no tiene pérdida. –interrumpió mi madre algo ¿nerviosa?
-
De acuerdo –dije, y me dirigí hacia la entrada
escuchando murmullos por parte de los dos.
Entré a la gran casa. Era
preciosa, realmente. Observé todo muy detalladamente y con un poco de esfuerzo
comencé a subir a la segunda planta cargando mi maleta. Cuando por fin logré
llegar arriba me quedé un poco confundida. Había un gran pasillo lleno de
puertas, pero principalmente una llamó mi atención. Esta se encontraba entre
abierta. Dejé el equipaje a un lado y me encaminé hacia la habitación, asomando
mi cabeza con cautela. Las paredes rosa combinaban con la colcha que cubría una
cama situada en el centro de la pieza. Todo estaba muy ordenado, cada cosa en
su lugar, como a Diana le gustaba. Mi curiosidad no tenía límites, así que
decidí dar unos cuantos pasos y adentrarme en el colorido cuarto. No había
nadie, mas una montaña de ropa se encontraba tirada en una esquina. Qué
extraño. Seguí inspeccionando todo lo que me rodeaba hasta que un ruido hizo
que me sobresaltara. Había alguien detrás de mí. Mi mente pensó rápidamente, mi
madre no podía ser, habría oído sus ruidosos tacones. Entonces, según la
lógica, el único que podría estar detrás de mí, era aquel hombre. Pero esta vez
me equivoqué al darme la vuelta. Mi cuerpo se tensó y creo que empalidecí.
-
¡Hermana! Has vuelto –sonrió y pronto me vi
rodeada por los brazos de mi querida hermana, Diana. Yo aún seguía estupefacta,
no podía ser cierto. ¿Qué había pasado? Miles de preguntas circulaban por mi cabeza.
-
Veo que ya os habéis encontrado –oí decir a mi
madre, que no estaba sola. –______, el es Jack. Es un… amigo de la familia…
-
Un gusto, Jack. –dije estrechándole la mano.
–Mamá, ¿podemos hablar?
-
Claro. -sonrió y salimos rápidamente de la
habitación, para adentrarnos en lo que era su despacho. Me senté y comencé con
el interrogatorio.
-
¿Qué ha pasado? ¿Por qué no me has dicho nada?
¿Cómo es que está aquí? ¿Qué hace un tal Jack en nuestra casa? ¡Mamá! ¿Cómo has
podido?
-
Por favor, ______, necesito que me escuches.
-
Lo haré encantada. Pero cuéntame la verdad, es
lo único que te pido. –dije al fin calmada.
-
Hace tres semanas que Diana se recuperó. Cuando
despertó, no recordaba nada del accidente y al verse en un hospital, rodeada de
máquinas y enfermeras, sufrió una crisis de ansiedad. –hizo una pausa –los
médicos dijeron que lo mejor era no comentarle nada acerca del accidente y
hacer de su vida la más normal posible.
-
¿Y por qué no me has dicho nada?
-
No quería levantar sospechas. Quería decírtelo,
pero…
-
No importa, lo hecho, hecho está. Pero algún día
deberás decírselo.
-
Lo sé. Pero es muy delicado, por eso no quiero
que le comentes nada, ¿entendido?
-
Si… -dije con resignación. -¿Y qué hay de Jack?
-
Te he dicho que es un amigo.
-
¡Vamos! Eso no se lo traga nadie, ¿es tu novio?
-
Hija… -suspiró y esperó unos segundos antes de
comenzar a hablar de nuevo. –tengo que contarte otra cosa. Creo que ya eres lo
suficiente mayor como para saberlo.
-
¿Saber qué?
Que Jack es…Hola! he vuelto con un nuevo capítulo. Sé que es corto, al igual que sé que siempre digo que van a ser más largos los siguientes, pero me he dado cuenta de que a la novela no le quedan muchos capítulos, me da mucha lástima que falte poco para que termine pero así es la vida, y si los subo más largos se acabará más rápido. Quedan como 7 capítulos más o menos... pero eso me dejará más tiempo para seguir con las otras :) y a lo mejor, cuando las termine, me replanteo la idea de hacer una segunda temporada para esta! Espero que el capítulo haya quedado bien y comentad :) besitos xx
Me encantaaaaaaaaaaaaa!, que suerte qe Diana esta bien!!!!!, no puedo creer que falte tan pocooo :(. Siguela!!!!. Besos Pilar
ResponderEliminarHolaaa! siiii por fin apareció :D bueno, en esos capítulos queda todavía bastante historia por contar ;) besitos xx
EliminarBuenisimo!!!!!!
EliminarHolaaa soy nueva lectora y en un dia me e leido toda la novela i ... ME ENCANTAAA!!!! no quiero que se acabe en tan poco tiempo y espero que la sigas. Me podrias pasar los links de las otras novelas porfavor? me encantaria leerlas. :3 besoos xx
ResponderEliminar¡Hola Amanda! Bienvenida al blog :D que alegría que te encante la novela! bueno, respecto a eso, estoy haciendo todo lo posible por alargarla un poco más porque a mi también me da pena que se acabe :( Claro, aquí te lo dejo :) de todas formas en mi perfil del blogger también la puedes encontrar.Tengo que hacer algunos arreglos para facilitar el acceso jaja aunque de esa novela solo tengo un capítulo subido. besos! xx
Eliminarhttp://harryytunovelas.blogspot.com.es/
Eliminar