Un tiempo después
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Hey, ¡Liam! ¿Me estás escuchando?
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Eh… si, si claro.
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Ya… ¿en qué piensas?
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En –se detuvo, al parecer se arrepintió de
querer contármelo –nada, ¿Por?
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Liam, te conozco y se nota que tu cuerpo está
aquí, pero tu mente no. Dímelo –supliqué.
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Está bien –suspiró –pero ni una palabra a nadie.
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Lo que tu digas, dímelo ya.
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¿Recuerdas esa última noche que pasamos con tu
hermana en el hospital?
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Claro que la recuerdo, ¿por qué?
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Todos se habían ido a sus casas, pero se
olvidaron de Daniela y de mí. Al final nos fuimos en un taxi. Estuvimos
hablando durante horas en su casa y la invité a salir al día siguiente. Todo
iba bien hasta que…
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¿hasta qué?
-
Bueno…nos…nos besamos. –Yo ahogué un grito, pero
aún así algunas personas que estaban en Starbucks se quedaron mirándome.
-
¿Y cuál es el problema?
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¿Cómo que el problema? –dios, este chico estaba
en la luna.
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Sí, ¿PRO-BLE-MA? No lo veo, te besó, la besaste…
¿Qué tiene de malo?
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Que no está, y no sé… que somos.
-
¿Cómo que qué sois?
-
¡______, deja de preguntar sobre todo lo que te
cuento!
-
Pues explícate mejor –me defendí.
-
¡Qué no sé si somos algo más que amigos, ______!
No me ha llamado y yo tampoco a ella. Estoy confuso… -Yo reí a carcajadas por
la desesperación de mi amigo, pero al ver la cara de enfadado que puso dejé de
hacerlo.
-
Liam… relájate, pronto la verás y arreglaréis
las cosas. Ahora si no te importa, me voy. Marta me ha enviado un mensaje,
quiere verme y dice que es urgente. –me levanté y cogí mi bolso.
-
¿Te acompaño?
-
No, quédate solo con tus dilemas. –reí ante su mueca de indignación –es broma, ven si
quieres.
Narra Gaby
El plan que había ideado Marta
para hundir a la mojigata estaba funcionando a la perfección. Si las cosas
salían bien, hoy cumpliríamos nuestro objetivo. Hace tiempo lo único que estimábamos
conseguir quitar a ______ para quedarnos con los chicos y su dinero. Pero ahora
Marta simplemente quería verla hundida, al igual que yo.
-
¿Qué quieres que haga? –pregunté sentándome en
su cama, como lo hacía cada vez que entraba a su habitación.
-
Escúchame atentamente. Es muy importante que lo
hagas bien para que el plan no fracase. –yo la miré atenta. –______ está en
camino. Ahora lo que tenemos que hacer es llamar a Harry para que venga antes
que ella. –seguí escuchando todas las instrucciones. Era muy importante que todo
saliera bien.
-
¿Diga? –oí la voz de Harry al otro lado de la
línea.
-
¿Harry? Soy ______.
-
¿Qué le ha pasado a tu voz?
-
Nada –fingí una tos falsa –es que estoy algo
constipada. Necesito que vengas.
-
¿Por qué?
-
Harry solo hazlo, es urgente. Estoy en casa de
Marta. la puerta estará abierta.
-
Vale… ya voy.
-
Rápido, es urgente. –y colgué. En unos pocos
minutos Harry había llegado.
Narra ______
Llegamos al edificio y entramos. Estaba
delante de la puerta pero no encontraba las llaves. Entonces oí una voz muy
conocida proveniente de la casa de Marta.
-
¿Has oído algo? –le pregunté a Liam.
-
Sí, me ha parecido oír la voz de Harry. ¿Qué haces?
No entres –dijo al ver mis intenciones de entrar a la casa de Marta.
-
Voy a entrar, he quedado con ella y no sé que
hace Harry allí dentro. Pienso averiguarlo.
-
No sabes si es… -no terminó la frase porque abrí
la puerta y la escena no era precisamente la que esperaba encontrarme. Él rápidamente
se apartó de la arpía esa como si estuviera confuso. Me quedé petrificada, no
podía hablar, no podía moverme, no podía hacer nada y las lágrimas se
acumulaban en mis ojos.
-
Harry, ¿Qué has hecho? –se me adelantó Liam.
-
Yo…yo no… por favor _______ déjame explicarte –balbuceó.
–No es lo que piensas. –Marta y Gaby reían por lo bajo.
-
Traidores –fue lo único que dije antes de salir
de esa casa dando un portazo. Ya las lágrimas
bajaban como ríos por mis mejillas. ¿Por qué, Harry? ¿Por qué? Era lo
único en lo que podía pensar.
Liam y Harry salieron corriendo
detrás de mí. Toqué infinitas veces el timbre sin importarme lo que decían
ellos dos.
-
Genial, buen momento para que mi tía no esté en
casa. –pensé y me dejé caer sobre el frío suelo mientras apoyaba la cabeza en
mis rodillas.
-
Por favor, no es lo que parece –dijo él imitando
mi gesto. –tienes que creerme.
-
Liam, por favor, vete.
-
No te voy a dejar sola.
-
Está conmigo –intervino Harry.
-
No creo que ella quiera estar contigo después de
lo que hiciste.
-
¡Qué no hice nada!
-
Liam, vete. –repetí. Él se agachó y besó mi
cabeza.
-
Si necesitas algo no dudes en llamarme. –y se
marchó.
-
Por favor –pasó sus manos por su cabello con
desesperación –todo ha sido un plan de esas dos.
-
Te escucho. –las lágrimas no cesaban y ya las
mejillas me ardían.
-
¿Cómo?
-
Que te escucho. –repetí cortante.
-
Muy bien. Estaba en mi casa tranquilamente y me llamaste.
-
¡Yo no te llamé!
-
Alguien me llamó haciéndose pasar por ti, me
dijo que querías verme urgentemente y que estabas en casa de Marta. No lo dudé
y vine. Cuando llegué, la puerta estaba abierta. Alguien me llamó y en el
momento en el que entré la tal Gaby se me abalanzó encima. Y luego llegaste tú…
-
¿Estás diciendo qué intentó violarte a la
fuerza? ¿te amenazó o algo?
-
No…
-
¿Entonces? Dos no lo hacen si uno no quiere, Harry.
-
Tienes que creerme, te estoy diciendo la verdad.
-
Déjame sola. Solo quiero pensar, pero primero –me
levanté y caminé hacia la casa de la mal teñida –voy a arreglar cuentas con
alguien.
-
No te voy a dejar sola y menos con esas dos.
-
Vete, ¿no me has entendido? Ahora mismo no
quiero verte.
-
Por favor, ______, no sabes lo que me duele
esto.
-
¿crees que a mí no? –aún seguía derramando
lágrimas.
-
Me voy a ir, pero por favor, no hagas nada de lo
que te puedas arrepentir.
-
¡Que te vayas, Harry! –ahora sí que estaba
completamente sola. Me sequé las lágrimas, en vano y entré en la boca del lobo.
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¿Qué crees que haces? –dijo al verme.
-
¿Cómo has podido? Traidora… Yo confié en ti.
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Rió amargamente –aprende a no confiar ni en tu
propia sombra, mojigata. –no lo dudé más y me abalancé sobre ella, golpeándola y
arañándola con todas mis fuerzas. No tardé en sentir el peso de la otra sobre
mí. Levanté un poco el brazo y lo empujé hacia su cara, haciendo que se tragara
mi codo. Marta, por su parte lo único que hacía era gritar como una loca.
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Aprende a defenderte, mal teñida. –en ese
momento alguien entró a la casa. La madre de Marta, mierda. Dio un grito e
intentó separarme de su hija. Lo logró, pero le costó bastante. Mi tía también estaba
allí, lo que me faltaba, aparte de traicionada también castigada. Pero valió la
pena.
Entré en casa, seguida por mi
tía. Era extraño pero no me había dicho nada. Fui hasta mi habitación y me di
una ducha. Me dolía todo el cuerpo, por dentro y por fuera. Cogí lo más cómodo
que podía encontrar y me lo puse.
Acto seguido cogí mi móvil y llamé a mi
madre. Hacía mucho tiempo que no hablaba con ella.
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¡Hija! ¿Cómo estás?
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Mal ¿Cómo está Diana?
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¿Qué te ha pasado? –ignoró totalmente mi
pregunta sobre Diana, siempre intentaba evadir el tema.
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He tenido un problema. –las lágrimas no se
detenían, pronto me quedaría seca. –quiero que me hagas un favor…
Ajám... las cosas se pondrán muy muy muy interesantes a partir de aquí... Comentarios :)
Me encantaaaaaaaaaa!!!!! qe el pedira ___________ a su madre???????? Siguela prontito. Besos
ResponderEliminarPilar
^^ aaaams pues algo como.... no te lo puedo decir jajajaja! pero pronto lo sabrás :) <3 besos
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